Arreglando España Vol.1

Pues bueno, como llevo ya bastante tiempo sin subir ningún artículo al blog (más por desencanto que por vagancia) he decidido realizar una serie de ellos titulada: Arreglando España. En ella navegaré por los entresijos de ciertos conceptos que nos presentan como obvios pero quizás no lo sean tanto. Detalles que a veces pudieran pasar inadvertidos y quizás resultasen útiles para cambiar el penoso y destructivo rumbo hacia el cual nos dirigen como el flautista de Hamelín a los ratones.

Antes de comenzar a extenderme, hago un alto para agradecer la fidelidad de aquell@s que me leen, pues por ello, tiene sentido expresar mi humilde parecer.

Sin más dilación, iré "al turrón" con el primer tema que quiero tratar:

LA POLÍTICA QUE SE LE PRESENTA AL CIUDADANO.

Aquell@s que ya tenemos un recorrido en la vida convendremos en que no todas las cosas son invariablemente de una forma o de otra y admitiremos que pueden existir variantes que entremezclan diferentes "ingredientes" con la intención de mejorar dichos asuntos.

Con esto me refiero a ¿Por qué? en unas elecciones solamente puedo votar íntegramente la lista de un solo partido. ¿Por qué? Si por ejemplo me interesa votar en asuntos de sanidad las propuestas de un partido, en temas de educación lo que propone otro o en economía lo que me ofrece un partido diferente a estos dos, ¿no puedo elegir para cada sector lo que más me interese?

Esto me hace pensar que las bases sobre las que se sostiene el sistema democrático de votación presuntamente pudieran estar alienadas desde la raíz por decirlo finamente o es que son un "camelo" expresándolo en un lenguaje más común.

¿A ver si lo de votar a un bloque de gente que pertenece a un mismo partido para todo, va a ser lo que provoca una falta de competencia directa entre gestores y esto  nos perjudica porque hacen lo que les viene en gana legitimados por nosotros mismos?

No creo que haga falta resaltar que aquellos que no cumpliesen los puntos fundamentales de lo que prometen debieran ser penados con cárcel. Y si el sector que dirigen funciona correctamente aumentar progresivamente su sueldo.

Con este método los populismos baratos tantos de los unos como de los otros (personalmente no me fío de ninguno y digo NINGUNO  de ellos) desaparecerían como la niebla a media tarde.

Se sabe que hecha la ley, hecha la trampa y que esto es el sueño de una noche de verano, pero me vino a la mente y me apetecía comentároslo.








José Daniel Lloret Murillo

02 - Agosto - 2017




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