La Jerarquía

Dentro del saco que contiene la multitud de conceptos que me preocupan, hostigan y agobian, está incluido aquel que este humilde opinador va a intentar exponer en esta nueva entrada del blog.

Hablo de las jerarquías. 

Cúspide y base del orden de poder, toma de decisiones y labores a realizar, que se ha dado a lo largo de la historia en todo el mundo. 

¿Es mala o buena? Pienso que depende del caso, aunque me atrevería a afirmar que la jerarquía es positiva siempre que esté basada en la meritocracia, talentos, aptitudes necesarias para tal encargo y sobre todo, extremadamente importante, en uno de los pilares que según mi visión personal es capaz de culminar la consecución de objetivos con notables éxitos: El Refuerzo Positivo.

Desgraciadamente, esta afirmación que acabo de hacer "muere entre terribles sufrimientos" como diría el mayorista más famoso de las series de humor a causa de una mala hierba extendida como se extienden las piedras por el monte, me refiero al "bajunismo", también conocido como el arte de rebajarse voluntariamente a sabiendas de que aquello por lo que se arrastran como vulgares lagartos está mal, pero aun siendo así, lo hacen.

Por todos es sabido que vivimos una época marcada por la competición fomentada por el capitalismo feroz que mueve la masa como se mueven las dunas en el desierto, dependiendo de donde interese que sople el viento, y en la que para nada se valora el tesoro más preciado del que goza toda persona, el tiempo. Ese que se gasta y es irrecuperable.

Este estilo de vida que vamos capeando, saca los peores aspectos que el ser humano lleva dentro en el marco de lo ético.

La jerarquía, debiese cumplir su función en la sociedad logrando una productividad bien entendida en todos los ámbitos de la vida obviando la detestable figura del "arrea cabras".

Pues, tanto el que nace en el pico de la montaña, como el que la escala desde la parte media-baja, recalco con conocimiento de causa que algunos más que escalar trepan, tienen la mala costumbre de despersonalizar al subordinado usando a este como una mera herramienta o más bien como un artilugio, sin valorar lo más mínimo las pequeñas batallas que este va logrando a pie de campo. 

Sí amigos, el "arrea cabras" le ha quitado el puesto al mérito. Guardemos un minuto de silencio.

Habrá quien se pregunte: ¿Se sostendrá este método por mucho tiempo?

Mi respuesta es que lo más probable es que sea así, ya que la falta de escrúpulos campa a sus anchas en este estercolero que casi sarcásticamente llamamos "civilización".

En definitiva y para no darle más vueltas, la finalidad de las jerarquías es dar un cierto orden de mando a la hora de realizar unas ciertas tareas específicas, pero ese orden queda invalidado a la hora de hacerlas efectivas, aunque algunos lleven el apodo de "jefe de" o "encargado de tal menester", si está en dicho puesto sin mérito alguno, y con la única misión de ser la viva estampa de un carcelero. 

Ya que si quien debe  que tirar del carro, no está capacitado, acaba dejándolo caer por un barranco, "como el perro no es suyo..."










31- Octubre - 2.017

José Daniel Lloret Murillo






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