Crónica de un suceso extraño
Un trineo surcaba el cielo en una calurosa noche de verano:
- Rudolph, esconde la botella que ahí adelante veo algo extraño.
- (Señal luminosa de la nariz a modo de afirmación).
- Santa, el día menos pensado te retiran el carnet y se te va a joder el negocio para un mísero día que trabajas al año.
- Goyito, no seas agorero. Y te he dicho mil veces que no me llames "Santa" porque odio los anglicismos. Debes aceptarme y acostúmbrate a llamarme Papá.
- ¿Acaso crees que eres el famoso "latin lover" afincado en Miami? Por favor...
Dos señores vestidos de verde con sombrero como de torero les obligaron a parar valiéndose de unas espadas láser:
- Buenas noches. Control de trineos.
- Bien hallados sean señores. Encantado de hablar con unos caballeros con tan marcado porte varonil.
- (Dos señales luminosas de la nariz a modo de negación).
- ¿La nariz de ese alce cumple con la normativa europea?
- Rudolph, haz el favor de no manifestar tu opinión que estos señores no están hablando contigo.
- Creo que le caen mal porque le han dicho alce y es un reno.
- (Señal luminosa con la nariz)
- ¡¡Goyito!!
- Sí, mejor que el viejo reno no opine porque los borrachos dicen siempre la verdad...
Los señores del sombrero extraño se miran el uno al otro:
- ¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde van?
- ¡Anda, si va a resultar que son filósofos! Pues no tienen cara de ser muy listos.
- (Señal luminosa con la nariz).
- ¡Haga el favor de entregarnos los discos del tacógrafo! Este trineo tiene matrícula para uso exclusivo de carga y descarga.
- ¡Por supuesto! Aquí los tienen. Ho, ho, ho.
- Pero..., aquí pone discos del taquígrafo.
- Sí, son los regalos que me encargó para él su mujer, Mari Carmen.
- Por cierto, el taquígrafo ha estado a punto de pillarlo saliendo por la chimenea de su casa sin ser navidad.
- (Señal luminosa).
- No piensen mal, es que me tomo mi trabajo muy en serio. (Mirada asesina a Goyito).
- Ah, ¿pero este señor tan gordo no es caribeño?
- ¿Qué les hace pensar eso?
- La piel dorada y que está usted circulando en gayumbos.
- ¡Bien visto!
- (Señal luminosa).
- Además, ¿qué hace este niño viajando en un trineo volador con un gordo tiznado y un alce borracho?
- (Señal luminosa).
- ¡Me están explotando, estoy reventado a trabajar!
- (Doble señal luminosa).
- No se dejen engañar por su apariencia, este duende, ahí donde lo ven tiene 54 años y su madre no encuentra el modo de echarlo de casa.
- ¡Gordo!
- (Señal luminosa).
- ¡Usurero!
- (Señal luminosa).
- ¡Facineroso!
- (...).
Los extraños hombres vestidos de verde vuelven a mirarse:
- ¡¡Silencio!! Aquí lo que está claro es que el trineo no reúne las condiciones mínimas para circular con seguridad, el alce que lo propulsa es un beodo -(señal luminosa)- y el conductor no reúne las condiciones psicológicas mínimas para llevarse la cuchara a la boca.
- ¡Muy bien dicho!
- Y su ayudante es muy pesado.
- Gilipollas. (Dice Goyito por lo bajini).
- (Señal luminosa).
- Por lo tanto, no nos queda más remedio con todo el dolor de nuestro corazón despedirnos dándoles las buenas noches deseándoles que tengan un buen viaje.
- Entonces, ¿no van a multarnos? Es increíble.
- ¡Goyito!
- ¿Multar nosotros? Ni que fuésemos agentes de policía o algo así.
- ...
- Nosotros somos corredores de la San silvestre, el trayecto no estaba bien señalizado se ve que cogimos la dirección contraria y como somos unos runners "de pata negra" seguimos y seguimos corriendo. Ustedes son los primeros con los que nos hemos cruzado.
Rudolph, Santa y Goyito se miraron entre sí:
- Bueno... pues que encuentren ustedes pronto el camino de vuelta.
- ¡Hasta más ver! (se despidieron justo antes de arrancar a correr).
- ¡Arre Rudolph, arre! Ho, ho, ho.
- Rudolph, esconde la botella que ahí adelante veo algo extraño.
- (Señal luminosa de la nariz a modo de afirmación).
- Santa, el día menos pensado te retiran el carnet y se te va a joder el negocio para un mísero día que trabajas al año.
- Goyito, no seas agorero. Y te he dicho mil veces que no me llames "Santa" porque odio los anglicismos. Debes aceptarme y acostúmbrate a llamarme Papá.
- ¿Acaso crees que eres el famoso "latin lover" afincado en Miami? Por favor...
Dos señores vestidos de verde con sombrero como de torero les obligaron a parar valiéndose de unas espadas láser:
- Buenas noches. Control de trineos.
- Bien hallados sean señores. Encantado de hablar con unos caballeros con tan marcado porte varonil.
- (Dos señales luminosas de la nariz a modo de negación).
- ¿La nariz de ese alce cumple con la normativa europea?
- Rudolph, haz el favor de no manifestar tu opinión que estos señores no están hablando contigo.
- Creo que le caen mal porque le han dicho alce y es un reno.
- (Señal luminosa con la nariz)
- ¡¡Goyito!!
- Sí, mejor que el viejo reno no opine porque los borrachos dicen siempre la verdad...
Los señores del sombrero extraño se miran el uno al otro:
- ¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde van?
- ¡Anda, si va a resultar que son filósofos! Pues no tienen cara de ser muy listos.
- (Señal luminosa con la nariz).
- ¡Haga el favor de entregarnos los discos del tacógrafo! Este trineo tiene matrícula para uso exclusivo de carga y descarga.
- ¡Por supuesto! Aquí los tienen. Ho, ho, ho.
- Pero..., aquí pone discos del taquígrafo.
- Sí, son los regalos que me encargó para él su mujer, Mari Carmen.
- Por cierto, el taquígrafo ha estado a punto de pillarlo saliendo por la chimenea de su casa sin ser navidad.
- (Señal luminosa).
- No piensen mal, es que me tomo mi trabajo muy en serio. (Mirada asesina a Goyito).
- Ah, ¿pero este señor tan gordo no es caribeño?
- ¿Qué les hace pensar eso?
- La piel dorada y que está usted circulando en gayumbos.
- ¡Bien visto!
- (Señal luminosa).
- Además, ¿qué hace este niño viajando en un trineo volador con un gordo tiznado y un alce borracho?
- (Señal luminosa).
- ¡Me están explotando, estoy reventado a trabajar!
- (Doble señal luminosa).
- No se dejen engañar por su apariencia, este duende, ahí donde lo ven tiene 54 años y su madre no encuentra el modo de echarlo de casa.
- ¡Gordo!
- (Señal luminosa).
- ¡Usurero!
- (Señal luminosa).
- ¡Facineroso!
- (...).
Los extraños hombres vestidos de verde vuelven a mirarse:
- ¡¡Silencio!! Aquí lo que está claro es que el trineo no reúne las condiciones mínimas para circular con seguridad, el alce que lo propulsa es un beodo -(señal luminosa)- y el conductor no reúne las condiciones psicológicas mínimas para llevarse la cuchara a la boca.
- ¡Muy bien dicho!
- Y su ayudante es muy pesado.
- Gilipollas. (Dice Goyito por lo bajini).
- (Señal luminosa).
- Por lo tanto, no nos queda más remedio con todo el dolor de nuestro corazón despedirnos dándoles las buenas noches deseándoles que tengan un buen viaje.
- Entonces, ¿no van a multarnos? Es increíble.
- ¡Goyito!
- ¿Multar nosotros? Ni que fuésemos agentes de policía o algo así.
- ...
- Nosotros somos corredores de la San silvestre, el trayecto no estaba bien señalizado se ve que cogimos la dirección contraria y como somos unos runners "de pata negra" seguimos y seguimos corriendo. Ustedes son los primeros con los que nos hemos cruzado.
Rudolph, Santa y Goyito se miraron entre sí:
- Bueno... pues que encuentren ustedes pronto el camino de vuelta.
- ¡Hasta más ver! (se despidieron justo antes de arrancar a correr).
- ¡Arre Rudolph, arre! Ho, ho, ho.
jajaja una locura muy divertida. Un saludo
ResponderEliminarGracias!! :-D
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